Miembros de nuestro equipo de voluntarios conocieron hace algún tiempo la compleja realidad que vivían 3 pequeñas hermanas venezolanas junto a su madre . Ellas habitaban en una área de un edificio abandonado en la ciudad de Santiago.
Ante esta critica situación y con el consentimiento de su madre comenzaron a procurar alguna forma lograr que las pequeñas Dayesky, Cleidy y Eduaiberlin pudieran vivir en un lugar que les brindara seguridad y la posibilidad de poder suplir sus necesidades básica en lo que respecta a salud, alimentación, educación, vestuario, recreación en definitiva un lugar digno donde vivir.